“No habrá paz para los malvados”, tituló su último filme Enrique Urbizu. Ahora la peli es otra: sí habrá lugar para nosotros. Y… ¿quiénes somos nosotros? Según Arcadi Espada, los “tontos, enfermos y peores”.
Espada dice lo que dice en el primer párrafo de su artículo “Crímenes contra la humanidad”.
Nos cuenta la red que este “señor” es licenciado en Ciencias de la Información, y a una le parece que está más próximo a ser licenciado en ciencias de la eugenesia, es decir, del perfeccionamiento de la especie humana, que es lo que pretendió Hitler.
Espada dice que las personas con diversidad funcional (lo que él llama “discapacidad”) somos enfermos. Según eso, quien esto escribe (que es una persona que tartamudea y va en silla de ruedas) debería ser doblemente enferma; sin embargo, no lo es. Es como antes fueron los negros y los miembros del colectivo LGTB: diferente, pero no enferma. Gracias a la evolución del pensamiento, la diversidad funcional dejó de ser sinónimo de enfermedad hace mucho tiempo, aunque el licenciado en ciencias de la información esté tan desinformado al respecto. Las PDDFs (Personas Discriminadas por su/nuestra Diversidad Funcional) ya no somos seres defectuosos a los que los médicos han de rehabilitar para que luego puedan reinsertarse en la sociedad. Las PDDFs somos la prueba palpable de la diversidad humana. Las PDDFs sólo funcionamos de forma diferente a como funciona la mayoría en distintos ámbitos (físico, sensorial, intelectual o psíquico), pero no tenemos ningún defecto; es la sociedad la que lo tiene, por no estar hecha para todos; y es la sociedad la que debe incluirnos, no nosotros integrarnos. Esta filosofía es la base de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con diversidad funcional, que el desinformado Espada no conoce.
Quédese, Arcadi Espada, en su mundo de “inteligentes, más sanos y mejores”
. Mejor dicho, búsquese un mundo donde sólo haya seres así porque este mundo, el de todos, es diverso por naturaleza. En él convivimos -por utilizar sus palabras- los inteligentes, más sanos y mejores con los tontos, enfermos y peores. Eso sí, no esté Vd. tan seguro de formar parte del primer grupo. De hecho, a tenor de sus ideas debería estar en el segundo, es decir, en ése a cuyos miembros usted no les permitiría nacer.
Y joróbese cuanto pueda y quiera: en el mundo siempre habrá lugar para nosotros, personas con diversidad funcional. El pensamiento único, la raza superior y la uniformidad humana no existen y nunca existirán. El ser humano es diverso, frágil y vunerable por naturaleza, aunque sus neuras, Espada, le hagan creer (o querer) lo contrario.
Maika Imedio
Activista pro DD.HH. de las personas con diversidad funcional
Licenciada en Filología Francesa
maikaimedio@yahoo.es, mcimediogranullaque@gmail.com