LA FUTURA LEY DE AUTONOMIA PERSONAL DE CATALUÑA

por Antonio Centeno
antonio.centeno@gmail.com
Miembro del FVID

Hace pocos días se hizo público que el Gobierno de Cataluña ya está trabajando para presentar el anteproyecto de la futura ley catalana de autonomía personal a principios de 2013. En la nota de prensa de la Generalitat se afirma que se quiere «hablar de autonomía personal y no de dependencia» e «impulsar una ley en clave catalana que significaría un cambio de paradigma». Son buenas noticias, necesitamos este cambio de paradigma que tome como brújula la «Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad», las observaciones del órgano que supervisa el cumplimiento de la Convención (Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad , en la Sexta sesión 19 hasta 23 septiembre 2011), el informe del grupo Ad Hoc de expertos de la UE sobre la transición de servicios residenciales a servicios comunitarios y la Recomendación CM / Rec (2010) 2 del Comité de Ministros sobre la desinstitucionalización y la vida en comunidad de los niños con diversidad funcional. Porque un verdadero cambio de paradigma pasa por asumir que (sobre) vivir en una institución por razón de diversidad funcional no es parte de la solución, sino parte del problema. Cuando se colectivizan la intimidad (no poder decidir quién, cuándo, cómo y por qué accede al propio cuerpo), los espacios personales (no poder decidir dónde ni con quién vivir, quién, cuándo, cómo y por qué está en el propio domicilio) y los tiempos de la cotidianidad (no poder decidir cuándo dormir, levantarse, cagar, ducharse, follar, dormir, vestirse, desvestirse, entrar, salir, perderse …) estamos dinamitando el mismo núcleo de la dignidad humana y generando un ambiente de desigualdad de poder que propicia desde vejaciones y malos tratos a crímenes como el de Boecillo.

La necesidad de crear alternativas reales para transitar del modelo de reclusión residencial y familiar hacia uno de vida independiente ha sido recogida a lo largo de los últimos meses en el portal Social.cat en una serie de cuatro artículos de opinión que bien podrían servir para iniciar un proceso de reflexión y debate para que el anteproyecto de ley que entre en el Parlament sea un buen punto de partida:

Desintitucionalización de las personas con diversidad funcional, una cuestión de derechos humanos

Somos en función de la posibilidad de escoger

Internados o comunitarios

Vivir en residencia es vivir en Auschwitz

Mucho se habla de que estamos no tanto en una crisis como en un cambio de época, y seguramente es aún más cierto en cuanto a la manera de valorar la diversidad humana, la fragilidad intrínseca a nuestra especie y cómo articulamos los apoyos sociales que respondan a esta realidad. Es necesaria, pues, radicalidad (en el sentido más noble de la palabra) tanto en el análisis como en las propuestas políticas. No valen medias tintas, hay que evitar de ese gradualismo posibilista de ritmos geológicos más que humanos, porque no encaja con el momento de «salto evolotivo» que vivimos en la organización social en general y en las tareas reproductivas ligadas a la vida cotidiana en particular. Un ejemplo de este «quedarse a medio camino» son los pisos «con servicios comunes», eventualmente asistidos y domotitzados. Parece que está de moda creer (y/o querer hacer creer) que la institucionalización en «pequeños grupos» no es tal si le ponemos una pátina tecnológica y cambiamos la etiqueta de «gueto» por la de «vida autónoma». Pero lo cierto es que ni se puede estar «un poco embarazada» ni tampoco «un poco institucionalizado». Deberíamos haber aprendido esta evidencia de la experiencia de los pisos hogar residencia de Villa Olímpica de Barcelona, o de la situación vivida recientemente en las jornadas «Sobre Creatividad e Innovación Para La vida Independiente» cuando Adolf Ratzka (pionero del Movimiento de Vida Independiente en Europa) tuvo que explicar a Fekoor que este tipo de apartamentos ya los experimentaron en Suecia en los 70 y hacia los 80 no querían ni oír hablar. En este sentido esperamos, por el volumen y por la significancia de la institución impulsora, que la nueva ley ayude a reconducir el proyecto de Guttmann «En el corazón de la Sagrera» para que sea uno de los motores hacia un verdadero cambio de paradigma.

Retomando la nota de prensa del Departamento de Bienestar Social y Familia, hay decir que el tratamiento que hará la futura ley sobre «otras (materias) relacionadas con ámbitos como la accesibilidad, la educación y la vivienda» también deberá ajustarse al espíritu y a la letra de la Convención, y por tanto es importante generar una reflexión colectiva previa sobre estos conceptos, especialmente el de especialmente el de educación inclusiva
, para que el anteproyecto no nos sitúe en un punto de partida demasiado alejado de lo que debe ser el nuevo paradigma, como está pasando con el borrador de anteproyecto de ley de la «Ley general de discapacidad» que se está gestando en España. El reto es complejo, pero los proyectos piloto (pág.8) nos muestran que se puede llevar a cabo. Tendremos que sumar inteligencias y voluntades, porque en esta ley nos va el presente inmediato de miles de personas y el futuro de todos para vivir con libertad y dignidad todos los ciclos y circunstancias vitales.