Agradecimiento de un «perro» activista pro Derechos Humanos a Arcadi Espada

Estimado Arcadi Espada,

Como activista pro derechos humanos y experto en bioética, no puedo más que agradecerle su ausencia de respuesta a mi carta abierta, o mejor, su respuesta indirecta en la entrada «crímenes contra la humanidad II» del 12 mayo en su blog. Entiendo que al menos va usted a tratar el desacuerdo como acicate.

Agradezco mucho que en este segundo post se haya quitado la investidura de defensor de «los derechos humanos de occidente» y, dado que no he recibido respuesta directa a una carta directa, supongo que deberé incluirme entre los «ecos incalificables» de lo que denomina un «coro de perros».

Tengo que reconcoer que es usted una persona «superior» coherente. Tras haber insultado y despreciado públicamente a más de 600 millones de habitantes del planeta, no sólo no ha pedido disculpas, sino que ha tildado de «perros» a casi todos los que los defienden. ¡Olé!

Lo que quizá no sea tan coherente sea pasar de defender «los derechos humanos de occidente», a llamar «coro de perros» a algunos activistas de derechos humanos. Pero en fin, todos tenemos nuestras cosillas.

En mis 12 años como activista y experto internacional, me habían acusado de muchas cosas, pero nunca nadie se había atrevido a decir lo que realmente piensa: que soy un perro (que canta en un coro), tonto, enfermo y peor. Eso sí, son epítetos nacidos de la pluma de un periodista, escritor, político e intelectual de un país desarrollado en el mundo occidental.

Como estudioso de la historia de eugenesia y la eutanasia, sus orígenes y evolución y su prevalencia en la sociedad actual, he escrito sobre estos asuntos en un par de libros y varios artículos. Siempre me ha producido una gran curiosidad saber qué perfil de personas eran aquellas que lideraban y establecían las ideas que habitualmente llevan a la masacre masiva o el trato humillante y degradante de los frágiles. No podían ser sólo personas muy malas, no hay tantas. Tenía que ser de alguna otra manera.

Gracias a usted, he podido descubrirlo sin necesidad de viajar al pasado. Algunas de esas personas eran de su perfil: ilustrados, intelectuales, políticos, personas que creen saberlo todo e ignoran su propia fragilidad. Personas que se creen con autoridad moral y política para inferiorizar a otros, en realidad a todos los que consideran no sanos y/o no productivos.

Por otro lado, si aquellos que dicen hacer política y defender el progreso, dan ese trato público a los activistas de Derechos Humanos en España, me pregunto… ¿qué trato recibirán los defensores de los Derechos Humanos en otros países menos desarrollados y con menos mecanismos de seguridad jurídica?

En fin, no puedo más que agradecerle el haber traído directamente a este país, en pleno siglo XXI, el perfil de aquellos que destrozan los derechos humanos y vituperan públicamente a sus defensores en todas las partes del mundo. Así nos será más fácil a todos entender por qué cuesta tanto que los derechos humanos se desarrollen en el planeta.

Está claro que luchamos por dos tipos de sociedad distintos. La única diferencia es que la que usted propone ya se probó, y no sólo fracasó, sino que tuvo consecuencias nefastas para la humanidad. La que proponemos los activistas por los derechos humanos todavía no se ha probado nunca, y se sigue llamando utopía, pero tenemos esperanza.

Lo único que me queda por saber es la actitud que tomarán aquellos que dan cobijo a sus publicaciones, y aire a este tipo de ideas. Los responsables de El Mundo.es tendrán que elegir entre dar cobijo a los «superiores» que insultan y desprecian públicamente a los diferentes, y ser por tanto cómplices de la difusión de ideas contrarias a los derechos humanos, o apostar por la defensa y construcción de los derechos humanos en occidente.

Hoy ha conseguido usted que derrame lágrimas por el pasado y el futuro de la humanidad. Pero más vale llorar por conocer la realidad que ignorar que existe. Lo último se ha hecho ya demasiadas veces.

Salud y Divertad,

Javier Romañach

Activista pro derechos humanos, para usted un «perro (que canta en un coro), tonto, enfermo y peor»

PD- vuelvo a mandar copia al Foro de Vida Independiente y Divertad, un grupo de unos 200 activistas pro derechos humanos que forman parte del «coro de perros».